Siete lecciones del Trueque Argentino para un mundo que entra en desorden

En tiempos donde el "gran deterioro" - “the Great Unraveling”- ya no es una metáfora sino una sensación palpable en muchos rincones del planeta, mirar hacia atrás no es nostalgia: es metodología.

Desde el Sur global, donde las crisis no llegan como teoría sino como experiencia vivida, aún guardamos herramientas que hoy vuelven a cobrar sentido... una de esas herramientas es lo experimentado en la Red Global de Trueque, un fenómeno que surgió en Argentina durante la década del 90 y que explotó en 2001 como respuesta comunitaria al derrumbe económico y sus consecuencias.

En aquel momento, millones de personas se vieron obligadas a inventar nuevas maneras de vivir, lo que se gestó entonces es, hoy, una guía posible para transitar el cambio civilizatorio actual.



La investigadora Georgina M. Gómez (Institute of Social Studies, Países Bajos) estudió este proceso en profundidad en su tesis doctoral Making Markets: The Institutional Rise and Decline of the Argentine Red de Trueque (2008). En su investigación cita entrevistas a varios actores claves de la experiencia, entre ellos a Horacio Covas, uno de los impulsores iniciales del Trueque y referente de su etapa de expansión organizativa. Su trabajo ofrece hallazgos que dialogan directamente con los principios que promovemos desde 1mpul50.

Aquí, siete de esas lecciones:

1. En una crisis real, la comunidad reemplaza a las instituciones que fallan

“El Trueque permitió mantener la actividad económica durante el colapso, organizando mercados locales con insumos locales, reduciendo desperdicios y ofreciendo canales alternativos para sostener emprendimientos que, de otro modo, habrían desaparecido.” (Gómez, 2008, p. 105)

Cuando el Estado y el mercado se paralizaron, la comunidad tomó el rol institucional. Esta es la primera regla de la resiliencia territorial.

2. La moneda no es el centro: el proceso organizativo lo es

Otro hallazgo clave:  “No fue la existencia de una moneda complementaria lo que brindó protección, sino el proceso mediante el cual esa red fue organizada: liderazgo, vínculos y articulación entre actores.” (Gómez, 2008)

Esto coincide con la base conceptual de 1mpul50: el tejido social es más importante que la herramienta que lo soporta.

3. El Trueque fortaleció sectores excluidos y creó nuevos roles productivos

“Las redes permitieron transformar trabajo no remunerado en trabajo valorado, apoyaron a microemprendimientos y empoderaron de manera especial a las mujeres.” (Gómez, 2008, p. 107)

Esto demuestra que las crisis generan vulnerabilidad, sí, pero también oportunidades para recomponer dignidad y capacidad de acción.

4. La clase media empobrecida encontró un puente hacia la supervivencia

“Fue la clase media empobrecida la que más provecho obtuvo, movilizando habilidades, activos y pequeños capitales para reconfigurar un nuevo tejido social cuando cayó en la pobreza.” (Gómez, 2008)

El Trueque no fue un fenómeno “marginal”: fue una respuesta de reconstrucción cultural. Hoy, con el deterioro global hacia nuevas formas de precariedad, esta experiencia se vuelve indispensable.

5. Las redes abiertas prosperan; las cerradas colapsan

La tesis distingue entre sistemas abiertos (conectados al entorno) y cerrados (aislados):

Los sistemas cerrados 🔒 se debilitan rápidamente.

Los sistemas abiertos 🔓 tienen mayores posibilidades de sostenerse.

Esta es una advertencia para cualquier intento contemporáneo de redes locales: la resiliencia no se logra aislándose, sino articulando.(Gómez, 2008)

6. Los líderes comunitarios son nodos esenciales

“Las organizaciones activas y los emprendedores sociales bien intencionados que ofrecieron herramientas y construyeron alianzas fueron los que permitieron que muchos subproyectos sobrevivieran.” (Gómez, 2008)

La resiliencia necesita “monitores del tejido social”, gente que inspire, organice, escuche, coordine. En 1mpul50 llamamos a esto "orientador posibilitador" ya que no lidera desde el mando, sino desde la capacidad de habilitar, acompañar y cuidar los procesos colectivos.

7. El Trueque no fue una anomalía: fue un anticipo

Muchas de las condiciones que impulsaron la Red de Trueque (desigualdad, pérdida de confianza institucional, precariedad laboral, inflación estructural) hoy se repiten a escala global.

El fenómeno argentino no fue un paréntesis: fue una señal temprana del futuro. Por lo expuesto y vivido, el pasado nos dejó métodos, no solo memorias

La investigación de Gómez confirma algo que en 1mpul50 sostenemos con fuerza: lo que se derrumba es un modelo; lo que emerge es un modo nuevo de organizarnos.

Hoy, frente a desafíos climáticos, económicos y sociales, las respuestas no vendrán desde arriba... Vendrán (como vienen siempre) desde la comunidad organizada.

El Trueque no fue un milagro del cielo ni una utopía. Fue práctica social en acción. Y ese espíritu sigue vivo.

📚 Referencia completa y enlace al documento original =

Gómez, G. M. (2008)Making Markets: The Institutional Rise and Decline of the Argentine Red de Trueque.

Doctoral Thesis, Institute of Social Studies, The Hague, The Netherlands.

Disponible en: 👉 https://www.socioeco.org/bdf_fiche-document-1995_en.html

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