Autonomía o dependencia: la decisión que define este siglo

Hay una pregunta que atraviesa nuestro tiempo y que rara vez nos hacemos con la urgencia que merece: ¿qué sucede cuando lo que necesitamos para vivir depende de sistemas sobre los que no tenemos ningún control?

No es una pregunta retórica. Es la pregunta política central del siglo XXI.

La comodidad tiene precio

Vivimos en la era de la conveniencia. Con un clic pedimos comida, enviamos mensajes al otro lado del mundo, accedemos a bibliotecas enteras de conocimiento. Pero esa comodidad tiene un costo invisible: la dependencia estructural.

Cada vez que elegimos una plataforma centralizada sobre una alternativa comunitaria; cada vez que optamos por la herramienta “fácil” en lugar de la que podemos reparar, cedemos autonomía. Sin darnos cuenta, construimos un mundo donde nuestra capacidad de acción depende de la buena voluntad —o del funcionamiento ininterrumpido— de corporaciones y sistemas sobre los que no tenemos influencia.



Y esto no se limita a lo digital

De la nube al suelo: todo está conectado

La dependencia tecnológica es solo la superficie. Debajo hay una cadena de dependencias materiales que naturalizamos:

↬  Dependemos de la electricidad para casi todo

↬  Dependemos de cadenas de suministro globales

↬  Dependemos de plataformas privadas para organizar la vida colectiva

↬  Dependemos de servicios centralizados para funciones básicas

Lo más sorprendente es lo reciente del fenómeno. Hace apenas tres o cuatro generaciones, la autonomía material era la norma.

Tecnologías de autonomía: más allá del software libre

Cuando hablamos de autonomía no hablamos solo de software libre o redes federadas. Hablamos de desarrollar y compartir herramientas que podamos controlar colectivamente.

En lo digital, esto implica:

 🐘  🌐   Usar plataformas federadas como Mastodon

🔐🔁💬 Comunicar con sistemas cifrados descentralizados como Matrix

  ☁️ 🏘️  Crear nubes locales con Nextcloud

🔌🛰️📡 Construir mesh networks que funcionen sin infraestructura centralizada

Pero el principio va más allá:

🌧️💧   Sistemas de captación de lluvia

🌱🏘️ Huertos comunitarios

🧱🌿 Técnicas de construcción con materiales locales

🔧✋  Herramientas manuales reparables

🍎🧂🥫 Saberes de conservación de alimentos

Todas son tecnologías. Todas generan capacidades. Todas pueden ser apropiadas por cualquiera.

El poder local como respuesta

La autonomía se construye en el territorio. Con vecinos. Con herramientas reales.

Hoy, en los márgenes, sucede algo revelador: las comunidades están recuperando tecnologías que fueron descartadas no por inútiles, sino porque el mercado necesitaba vender su reemplazo.

La pregunta incómoda: ¿qué pasa cuando falla la electricidad?

Toda nuestra infraestructura digital —incluso la descentralizada— depende de un flujo constante de energía. Y esa energía depende de sistemas cada vez más frágiles.

Nuestros abuelos tenían una respuesta:

🔪⚙️    Afiladores manuales

🔪🔁✋ Picadoras a manivela

⟲🔁⟴ Taladros manuales

🌾⚙️✋ Molinos manuales

🧂🥫🍎🌞Salazón, fermentación, deshidratado

No eran tecnologías primitivas: eran tecnologías resilientes.

Autonomía vs. eficiencia: una tensión productiva

No se trata de romantizar el pasado. Se trata de recuperar opciones.

🚫 Qué pasa cuando se corta la luz?

🚫 Qué pasa cuando cierra la plataforma?

🚫 Qué pasa cuando se interrumpe la cadena de suministro?

La autonomía no cancela la eficiencia: la equilibra.

Construir desde ahora. No necesitamos esperar el colapso para empezar. Podemos hacerlo hoy:

En lo digital:

Migrar gradualmente a plataformas federadas

Participar en software libre

Documentar y compartir conocimiento

En lo material:

Aprender a reparar

Recuperar herramientas manuales

Crear bancos comunitarios de herramientas

Experimentar tecnologías de baja energía

En lo organizativo:

Fortalecer redes vecinales

Mapear recursos locales

Construir memoria de prácticas resilientes

La decisión está en nuestras manos

Cada herramienta que elegimos es una apuesta política.

Cada conocimiento compartido es una semilla de autonomía.

La pregunta no es si vendrán crisis energéticas o de suministro: es cómo nos van a encontrar.

La autonomía no es volver atrás.

Es no quedar atrapados adelante sin salida.

Es un proceso, una práctica y una construcción colectiva.

Y empieza ahora.

En el blog complementario Formar en Movimiento exploraremos herramientas de baja intensidad energética: desde taladros manuales hasta sistemas completos de procesamiento de alimentos sin electricidad. Porque lo simple no es primitivo: es resistente.

Comentarios

Entradas populares de este blog

MANIFIESTO

Confianza: la moneda que no pueden devaluar

Un patito y una sonrisa